lunes, 4 de noviembre de 2013

Alas.

Cuando siento que le quiero, pienso si sus alas son tan grandes como las mías. Sí es que en algún momento nuestros caminos se trucaran y no podrá seguirme el paso. Luego, me esfuerzo en pensar que ahora no sé exactamente si es que acaso poseo yo alas y no soy un animal inamovible.  Me esfuerzo en pensar que lo apremiante es saber y utilizar, sí es que las tengo, mis alas y una vez yo vea el cielo más cerca de mis ojos, entonces, he de preocuparme por hacer que sus alas se desplieguen y que vuele a mi par. Por ahora, quiero ver si mi espalda es, como muchas otras, únicamente para soportar el peso de una vida impuesta o si acaso, dicha mía, es para volar y ya posee plumas, o al menos las tiene por salir. 

1 comentarios:

Unknown dijo...

Extraordinario, una belleza con alas. Un abrazo querido amigo

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