Fecha de creación: 23/12/12
Adiós a Oberkirch
Mauricio,
Espero y tengo la eterna seguridad de que me perdona y, aún mejor, comprende mis razones. La
verdad, creo que esta carta está de más; aun así la escribo limitándome a
señalar algunas obviedades. No lo amo; estuve con usted simplemente para evitar
al odioso de Santiago. Me considero su amiga y quisiera que usted a mí me
tomara de la misma forma. Me he llevado conmigo parte de las joyas de su madre,
a éstas las aprecio en gran manera y quede usted seguro que no las venderé ni
haré cosa semejante, tan sólo las he tomado como recuerdo de tan excelente
mujer. Como favor, le pido que me dispense ante ella por no haber podido
asistir a su velorio ¡Cuánto hubiésemos charlado las dos durante esa noche! Aunque
sé que nunca se le dificulto encontrar eternas amistades esporádicas, y supongo
que esa noche no fue la excepción. Excelente
mujer, excelente.
Si encuentra a Santiago, tan sólo si lo encuentra, dígale,
por favor y sin la menor consideración, que lo aborrezco y que no espere que lo
deje de considerar como alguien
grotesco, odioso y miserable.
Por mi parte, estaré bien; viviré una reconfortante vida
viajera. Pero antes pasare algunos años de pastora o de monja. Aún no me decido
¡la vida pone en nuestras vidas tantas opciones! El problema es decidir, y
hacerlo a tiempo.
Me gustaría que nos encontráramos en los años venideros y poder
compartir un poco más. Sé que también a usted le agradaría y espero, con gran
anhelo, para ese día verle ya casado con alguna de las Boseneri o, mejor aún,
con las dos si se le antoja ¡Hermosas gemelas, hermosas! Le confesare un
secreto de lo más útil, aunque ambas señoritas son como un par de gotas de agua
por su abrumador parecido físico y actitudes similares, descubrí como
diferenciarlas; le contaría con lujo de detalles aquella tarde y cuanto ocurrió
para que lo supiera, pero lastimosamente
el tren está por partir así que lo resumiré brevemente: a una de ellas le
agradan los gatos y a la otra más bien no. Créame, con el tiempo la primera
será más cariñosa mientras que la
segunda será más estricta. Decida usted a cual quiere como madre de sus hijos y dueña
de su casa.
Un beso.
Para siempre en su historia…
Para siempre en su historia…
María Alender Vanoba,
Futura Condesa, Marquesa o reina de algún país lleno de orquídeas.
POSDATA: Conserve siempre orquídeas en su casa.
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