lunes, 1 de septiembre de 2014

Nota al pie de pagina a la vida.

Fecha de creación: 01/09/2014


Nota al pie de pagina a la vida. 


Hoy veo que al final todo termina así. Resultando que los culpables en realidad no tienen tanta culpa, que uno siempre es un poco de historia en otros y que en esos diminutos espacios tenemos un preciado hogar. Resulta ser que uno no es más que migajas, luego de un tiempo en el que fue sol, luna y estrellas. Y yo resulté terminar por ahí, en un rincón de una historia pequeña y
 maltrecha.  Al final resulta que todos tienen algo de razón en cuanto a que yo no merezco gran cosa. Junto  a mí cualquier silencio es más grande, cualquier vació es más interesante. Empiezo a creer que no hay en este mundo nadie que sea capaz de apreciarme en la ausencia, que es común que la gente prefiera al mundo entero antes que a mí. Soy todo y para nadie basto, pues bien, intentemos no ser nada a ver qué tal juegan los dados de mi mala fortuna. A ver cómo juegan, si es que gano, aunque sea imposible; a ver si pierdo, como caprichosamente siempre es. 

¡Pero qué puedo hacer! Yo soy el que siempre da todo, en exceso, al punto de suicidio y, de la misma manera, soy yo el que siempre sufre, el que usualmente es agredido y escupido en la cara. No creo merecer tal suerte, pero este mundo no es de merecer o no. ¡Qué va! Este mundo, señores, es de jugar a que hay unos dichosos y luego nosotros, los que… pues a los que no nos va tan bien. A ver, a ver… Qué aún falta un pedazo de mí por romper y entonces sí podré quejarme, porque ahora, ahora sólo es más de lo mismo: más dolor que no merezco, más vida extraña en mi vida, más de…. Lo que les debería quedar a ellos, a los que van con el arma de sus cuerpos a herir, a humillar y desdeñar. 

No sé qué plan macabro tiene la vida para conmigo, pero, habrá que verlo. ¿Qué más puedo hacer? ¿Matarme? No gracias. El suicidio es para quienes no tienen alma, y la mía rebosa, ensangrentada y rota, pero lo hace. 

A ver vida, ¿qué más tienes para mí? Pues sucede que este juego de que me duela, de que yo sea víctima y mártir siempre, ya me está empezando a cansar. Digamos que voy aprendiendo y no quiero que sea así, porque ya han dicho que cuando uno medio tiene idea de cómo vivir es ahí cuando, de repente, ya no queda vida por delante. 



Así que no se contenga, no guarde decoro, que la quiero puta y vengativa… Así, como usualmente. 




Juan Pablo Guzmán, colombiano.


miércoles, 9 de julio de 2014

Premio de un Blog amigo.



Se me ha pedido responder a esta nominación de cierto premio realizado por Blogeros cercanos. A por ello :)


Normas

-Agradecer al blog que te nominó.
-Tomar una foto a tu estantería completa.
-Responder a las preguntas.
-Nominar otros blogs.
-Realizar nuevas preguntas.


1) Agradezco a Tangoth y a su Blog http://tangothicpain.blogspot.fr. Invito a darse una vuelta por ese espacio. 


2) No poseo librería, sólo un rincón dónde acomodo mis libros y voy olvidando su existencia física. Son algo así como la mitad, pues los demás rondan por muchos de mis cajones. 





 Preguntas. 

1) ¿Hay algún libro que os haya gustado tanto que lo hayáis devorado de lo rápido que lo habéis leído?

Ha habido muchos pero creo que el que más recuerdo por haberlo devorado fue el que, de hecho, es mi libro favorito "El Retrato de Dorian Gray" Lo leí en una tarde larga, pues hacía muchísimo que quería leerlo pero no lo encontraba. 

2)  ¿Habéis abandonado algún libro porque os resultaba aburrido, no os sentíais en la historia o, simplemente, no os gustaba?

Generalmente prefiero terminar un libro por más que haya creado un concepto pésimo hacía este. De la misma manera no me importa leer un libro que sepa yo, de antemano, que es malo. Pero creo que alguna vez en el colegio no pude soportar a un libro colombiano llamado "El Domador de los Vientos"; su estilo era molesto a un nivel atroz y su narración te lanzaba a todos lados menos a la historia. Lo intente varias veces pero no mereció ser leído. 


3) ¿Leéis en formato físico o digital? ¿Por qué razón prefieres este formato sobre el otro?

Generalmente en físico. Prefiero tocar el libro y sentir el mundo suyo entre las manos. Además me parece más cómodo leer con el libro en físico, aunque de vez en cuanto leo cuentos o poemas en línea. La mayor ventaja del formato digital es que fácilmente puedes encontrar el libro que se te antoje, una verdad innegable. 


4) ¿Cuál es vuestro ambiente favorito a la hora de leer? Contadme vuestro ritual a la hora de leer un libro.

No considero tener un ritual, solamente leo en cualquier sitio con luz adecuada y donde no esté sonando una emisora noticiera; leer con música no me es molesto pero cuando dan una emisión noticiera no logro concentrarme ya que las noticias halan mi atención hacia ellas. Eso sí, suelo leer todos los días un poema. No es difícil pues googleas algún autor y ya tienes una de sus piezas antes de dormir. 

5) ¿Habéis comprado alguna vez algún libro en Amazon, Bubok o Lulu? ¿Qué opinión tenéis respecto a estas páginas?

Suelo pensar que uno no hace arte para hacerse rico, por más que sea tu esfuerzo el que está en juego. Estos tiempo obligan a que todo sea rentable y que sea funcional, el arte no juega a eso. Así que no me siento mal cuando leo un libro en PDF gratuito o en un libro impreso, creo que el leer a un autor es un pago enorme. Yo agradecería con que sólo me pagaran. 
Así que no, nunca he bajado un libro de este tipo aunque creo que la es la única manera de poder leer "Prayers for Bobby", luego ya lo resolver


Blogs Nominados.

Las Alas de Saástah




Mis preguntas


1) ¿Cuál libro consideras tu segundo favorito y por qué no es éste el primero? 
2) ¿Escribes cartas, gustas de ese formato? 
3) ¿Cuál es tu mayor referente? 
4) Piensas que este mundo, entre su espectáculo frívolo, comercial y ligero vuelva a tener algún monstruo literario con todo su peso? 



jueves, 12 de junio de 2014

A modo de conclusión.

Fecha de creación: 12/06/2014


A modo de conclusión. 


Hoy desperté preguntándome a qué se dedica usted cuando, como en estos días, no hay mucho qué hacer, cuando las clases toman un receso y cuando la mayoría de cosas del mundo no le agobian.  Creo que leer no le apasiona, tampoco hacer deporte. Le gusta  la música, eso lo recuerdo bien, pero también recuerdo que suele  escucharla  todo el día y por ello eso no es algo que cuente como respuesta. ¿Estudiará más,  aún cuando se supone que debe descansar de hacerlo? ¿Viajara? Sus padres le suelen llevan a ciudades vecinas, lo sé porque alguna vez me invitó usted a uno de esos viajes. No pude ir como bien sabe; en su momento me entristeció la imposibilidad de viajar pero, ahora,  me alegro de ello: no tengo que superar más recuerdos de los que ya he superado. Hoy desperté preguntándome por usted, y todo porque hoy es uno de esos días dónde todo usted, o más bien lo que usted fue, se me viene encima como una nube de concreto. Me estuve preguntando qué suele hacer en estos tiempos de descanso que se avecinan, y lo hice porque recordé que el único tiempo de esos que transcurrió mientras estuvimos juntos usted lo usó para sacarme de su vida, para extirparme, para ignorar con gran maestría mi existencia. 

Yo creí que nunca hablaría de usted de nuevo, que nunca habría otra vez un momento que dedicará yo a recordarle pero al parecer creí mal y, ahora, me doy cuenta que me es necesario hacerlo una última vez; y sí, le trato de “usted”, con todos los formalismos posibles porque uno trata con formalismos a los desconocidos, y usted es un entero y verdadero desconocido para mí. Creo que a quien yo amé murió hace tiempo, en ese último beso que nos dimos frente a una multitud una noche en noviembre. Yo sé que usted se parece mucho a quien yo quise, pero usted no es sino un cascaron vació de ese quien por quien yo hubiera dado… ¡Todo si me lo hubiera pedido! 

Yo no sé en qué momento todo se vino abajo; todo marchaba bien entre nosotros dos, yo soñaba con usted mucho, le sentía muy cerca aunque viviéramos lejos y durmiéramos separados,  y de repente, de un momento a otro, me vi gritándole al vacío. Usted simplemente desapareció; nunca llamaba, nunca respondía nada, nunca volvió a aparecer y lo más asombroso de todo es que se dio un enorme ingenio, el cual nunca supe que poseía, para hacerme entender que aunque yo fuese a su casa y me parara frente a su puerta usted seguría sin contestar nada y con la misma fría indiferencia hacia mí y nuestros recuerdos compartidos.  Y  todo tan rápido que yo no llegué a prever nada; y tan inesperado, pues siempre pensé que éramos de esos que a pesar del mundo volvían, una y otra vez, a estar juntos. Eso lo pensé mucho: muchos días esperé, ilusionado, encontrarle al voltear una calle o esperándome a la salida de la universidad, esperas inútiles y ruegos vergonzosos que me mostraron lo patético que puedo llegar a ser. Yo hoy no volvería con usted, usted puede morirse y a mí no me apenaría. Es tan duro decirlo, que me hace pensar que lo digo lleno de rabia y sin detenerme a pensarlo… Ojala fuera así.

No pretendo preguntarle nada, no por molestarlo a que me responda sino porque temo que sus respuestas me dejen aún más decepcionado; tampoco pretendo recriminarle, aunque yo tuviera todo el derecho, porque eso ahora no sirve de nada. Sus razones ya me tienen sin cuidado, saber los porqués y las escusas, para mí, vendría siendo como dar de beber al cadáver putrefacto. Yo sólo quiero decir cosas sin otra intención que intentar sacrificar mis demonios para formar, con sus cuerpos, las palabras: necesito cortar con esto de una buena vez. Ya he superado lo más difícil: yo ya he me edificado partiendo de los escombros, y créame cuando le digo que sufrí mucho pero créame también cuando le digo que luego de su funeral la vida me ha quedado más despejada… Yo me humillé tanto por usted, y eso es lo que menos perdono a mí mismo: el haberme enajenado tanto por nada. 

Y, ahora,  me quedo callado, sorprendido, al notar que no tengo más que decir. Con esto le dejo definidamente, sin negarle que guardaré los buenos recuerdos en una parte de mí.  Yo no le debo nada, usted no me debe nada. Por todo y a pesar de todo, gracias. Espero que le siga yendo bien, espero que siga de ese lado donde no duele porque si usted se pasa al lado en el que me dejó, bueno, aquí no se la pasa uno tan bien. Aunque al fin de cuentas,  luego de la incredulidad, luego de la rabia y el dolor, luego de la decepción que queda frente a la vida, luego de decir un montón de cosas sin ánimo de recriminar sino queriendo matar demonios, uno sigue ahí, con ganas de vivir y preguntándose cosas  inútiles como qué hará la gente cuando no hay clases, cuando son jóvenes,  y, a diferencia de los adultos,  el mundo no les agobia.  



Juan Pablo Guzmán, colombiano.